miércoles, 2 de junio de 2010

El Cuyo me ha recibido con una dualidad histerica tipica argentina, sol frio frio sol, y como la histeria se define por el bondi que nunca te deja en la puerta, me agarro a la sensacion conceptual que genera ese dicho de barrio, para declararme fanatico de la ruta que me hace caminar y esforzarme para desandar los vacios entre los bondis y la puerta, las mujeres y sus padres parados en la puerta, las palabras y sus ascensores, y las ideas ad infinitum. Esto es el Talampaya que en varios sentidos me saca un par de cabezas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Diego, estaba acá pelotudeando con la internet y me acordé de vos, y me pregunté: "¡por dónde andará Dieguito?". Así fue como me entero que estás de vuelta en Argentina!! Que bueno!! Y estuviste en Cuba, hijo de una gran...espero andar por esos allases también alguna vez.

Un abrazo grande, Flor (la de Rosario, la que conociste en Jujuy)