Lago de Atitlan, Guatemala

No le digan a nadie como vivo.

Al Salvador entramos haciendo dedo, un camion nos dejo cerca de la capital y luego nos levanto una camioneta de gente extraordinaria que nos invito a su casa, su casa es el Circo King Brown, estuvimos compartiendo con ellos su locura, las pupusas, las quesadillas, todo de primera, asi que un abrazo a Cafe, Susi, los gemelos, Matrix, los chicos, las chicas, el jaguar Dorian, Lester, gente colorida y circense, para mi el Salvador es circo.

Odio ser repetitivo pero nos colamos otra vez, esta vuelta fueron las ruinas Mayas de Copan, silbamos, esquivamos la entrada hacia la izquierda como siempre, escalamos el alambrado, esta vez era bastante alto y voilá, piedras por todos lados, primero formas irregulares y despues un campo alfombrosamente verde y piramiditas, bonito bonito, daban unas ganas de jugarse un picadito pero decidimos que no porq las reglas mayas son un poco drasticas: jugaban a un juego de pelota que no debia caer al piso y el que ganaba lo boleteaban, y con gusto se dejaban boletear, yo maya iria a menos.