Asi se sienten las rutas catamarqueñas, te pican donde da el sol todo el día y a la noche te tenés que meter un dedo en el termometro, que ha sido inventado para que nos de frio a todos. Estuve en Shincal, un pueblito en el que hay unas ruinas incaicas, y debo decir que los poderes y veleidades de la Quebrada del Quimivil se hacen notar, ya sea acampando en el rio o llamando al San Pedro de los cuatro vientos. Una consideración: donde hay plantas de poder, siempre hay locos lindos, gracias amigos. Otra consideración: donde hay poder crece la magia, y a mi no me tocó la parte del conejo que sale de la galera, me tocó la otra, la de los colores conceptuales, allí donde desaparece la palabra.
Maxi - Leito - Marian - Sebita
Hace 16 años