sábado, 18 de mayo de 2013


Dos caballos.

Pedaleando por una carretera del interior del Uruguay, agarro un bajada a toda velocidad, de lejos, allá al final de la pendiente, veo un caballo en pleno campo, detrás del alambrado, esbelto y marrón me mira mientras desciendo, entonces empiezo a gritarle: ¡Vamos loquito, vamos loquito! A penas lo paso, acepta el desafío, y se lanza a la carrera, salvaje y elegante. Vibra la sangre ver a ese animal nacido para la velocidad, los dos yendo paralelos a nuestro camino, sus músculos y sus crines rápidamente me sacan varios cuerpos en la carrera. La diferencia está en que al caballo lo contiene una ley y la carrera dura lo que el alambrado quiere, él se detiene con el corazón inacabado, yo continúo con un caballo asfaltado de tristeza y la locura, en su corral.
Esa misma noche, sueño un Yo continuo, un Yo ligado, mirando la bicicleta alejarse, con angustia desde el corral, y él me mira de corazón libre, de animalidad sin limites desde su galopar.

En otra ocasión, luego de haber andado en bicicleta todo el día por las rutas pampeanas de Río Grande do Sul, ya cansado, solo encuentro la banquina para acampar. En medio de la noche siento dos pasos cercanos que me despiertan, alertado, saco la cabeza fuera de la carpa para ver que era, nada, todo oscuro, no había nada. En seguida, como a un kilometro y medio veo las luces de un camión que vienen solitarias por la carretera, siento dos sonidos sordos, de tambor apagado, y sus luces desaparecen. No veo nada, no entiendo nada, vuelvo a dormir. Al amanecer armo mis cosas entre la llovizna, comienzo a pedalear, ya andado ese kilometro y medio, los veo, al camión tumbado y al caballo muerto sobre la banquina, rodeados por un cordón policial. Luego, en la bicicleta se me ocurrió analizar, que yo nunca había visto la muerte de nadie, pero esa noche si la escuché, y tiene dos sonidos, uno es el golpe, el otro la caída.
¿Entonces que fueron esos dos pasos que me despertaron? Quizá algo me despabiló queriendo que yo presencie eso, tal vez era la muerte yendo a laburar, quizá era un eco invertido en el tiempo, del choque y la caída, quizá nada. Yo no se lo que significan esos dos pasos, pero si se lo que significan esos dos golpes.

1 comentario:

Yésica Topakbassian dijo...

Hola diegoooo!!! tampoco te encontré en facebook. el mio es>: Emma Paz
estoy en Itacaré!
Ya leeré todo esto, q biieeeen!!!
mandame como es tu face. te busq por Diego Miguel... pero ,,, mmm no, no eras vos... jajjaja
saludos!!

Yésica.